Neko

Cita del momento:

"No se puede ir por ahí construyendo un mundo mejor para la gente. Sólo la gente puede construir un mundo mejor para la gente. Si no, es solamente una jaula."
-- Terry Pratchett, Brujas de Viaje.
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lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Dia especial?

Que los seres humanos somos a veces muy borreguicos, eso lo sabemos.

Que hay quien no se preocupa por nada, y quien se preocupa por todo, también.

Hay quien acaba de ver una serie histórica y se pone a investigar sobre personajes, lo que hay de verdad y de mentira, quien investiga sobre el funcionamiento de las bombillas de bajo consumo y lo comparte, o quienes disertan sobre ciencia en la sobremesa.

Y hay quien ve "Gran Marrano".
Polos opuestos del ser humano. Qué le vamos a hacer...

Pues bien, ese tipo de gente que investiga, no se ha tragado nunca eso de "tal día es especial porque yo lo digo". Que es el caso de lo que ocurre con el Día de Navidad que muchos de nosotros hemos celebrado con la familia. Pero en realidad, no tiene nada de especial más allá de que es un día de reunión con toda la familia.
El resto de cosas que se puedan hacer, ya depende de las creencias (ciertas o no) de cada cual.

Como bien lo expresa Wikipedia:

Fiestas no cristianas del 25 de diciembre

La verdadera fecha de nacimiento de Jesús no se encuentra registrada en la Biblia. Por ésta razón, no todas las denominaciones cristianas coinciden en la misma fecha. Los orígenes de ésta celebración, el 25 de diciembre, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio del invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o los dioses del sol, como Apolo y Helios (en Roma y Grecia), Mitra (en Persia), Huitzilopochtli (en Tenochtitlan), entre otros. Algunas culturas creían que el dios del sol nació el 21 de diciembre, el día más corto del año, y que los días se hacían más largos a medida que el dios se hacía más viejo. En otras culturas se creía que el dios del sol murió ese día, sólo para volver a otro ciclo.

  • Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del "Natalis Solis Invicti" o "Nacimiento del Sol invicto", asociada al nacimiento de Apolo. El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno, y que los romanos llamaron bruma; cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C., el 25 de diciembre debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre de nuestro Calendario Gregoriano. De esta fiesta, los primeros cristianos tomaron la idea del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesucristo. Otro festival romano llamado Saturnalia, en honor a Saturno, duraba cerca de siete días e incluía el solsticio de invierno. Por esta celebración los romanos posponían todos los negocios y guerras, había intercambio de regalos, y liberaban temporalmente a sus esclavos. Tales tradiciones se asemejan a las actuales tradiciones de Navidad y se utilizaron para establecer un acoplamiento entre los dos días de fiesta.
  • Los germanos y escandinavos celebraban el 26 de diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del sol naciente, la lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol perenne, que representaba al Yggdrasil o árbol del Universo, costumbre que se transformó en el árbol de Navidad, cuando llegó el Cristianismo al Norte de Europa.
  • Los mexicas celebraban durante el invierno, el advenimiento de Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, en el mes Panquetzaliztli, que equivaldría aproximadamente al período del 7 al 26 de diciembre de nuestro calendario. "Por esa razón y aprovechando la coincidencia de fechas, los primeros evangelizadores, los religiosos agustinos, promovieron la sustitución de personajes y así desaparecieron al dios prehispánico y mantuvieron la celebración, dándole características cristianas."
  • Los incas celebraban el renacimiento de Inti o el dios Sol, la fiesta era llamada Cápac Raymi o Fiesta del sol poderoso que por su extensión también abarcaba y daba nombre al mes, por ende este era el primer mes del calendario inca. Esta fiesta era la contraparte del Inti Raymi de junio, pues el 23 de diciembre es el solsticio de verano austral y el Inti Raymi sucede en el solsticio de invierno austral. En el solsticio de verano austral el Sol alcanza su mayor poder (es viejo) y muere, pero vuelve a nacer para alcanzar su madurez en junio, luego declina hasta diciembre, y así se completa el ciclo de vida del Sol. Esta fiesta tenía una connotación de nacimiento, pues se realizaba una ceremonia de iniciación en la vida adulta de los varones jóvenes del imperio, dicha iniciación era conocida como Warachikuy.

Adopción de la fecha de Navidad como 25 de diciembre

En Antioquía, probablemente en 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre, aunque parte de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde diez años antes.

En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.

Algunos mantienen que el 25 de diciembre fue adoptado solamente en el siglo cuarto como día de fiesta cristiano después de que el emperador romano Constantino I el Grande se convirtió al cristianismo para animar un festival religioso común y convertir a los paganos en cristianos. La lectura atenta de expedientes históricos indica que la primera mención de tal banquete en Constantinopla no sucedió sino hasta 379, bajo San Gregorio Nacianceno. En Roma, puede ser confirmado solamente cuando se menciona un documento aproximadamente del año 350, pero sin ninguna mención de la sanción por el emperador Constantino.

Los primeros cristianos celebraban principalmente la Epifanía, cuando los Reyes Magos visitaron al Niño Jesús. (Esto todavía se celebra en Argentina, Armenia, España, Ecuador, Perú, Paraguay, Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia, Uruguay, y Venezuela) . Para las Iglesias Orientales la Epifanía es más importante que la Natividad, ya que es ese día cuando se da a conocer al mundo, en la persona de los extranjeros.

Algunas tradiciones de la Navidad, particularmente las de Escandinavia, tienen su origen en la celebración germánica de Yule, como son el árbol de Navidad. Allí la Navidad se conoce como Yule (o jul).

(De Wikipedia, la Enciclopedia libre)

Me hace gracia que haya gente que dice no creer en Dios, o ser anticlerical, y que celebre estas fiestas a la usanza cristiana católica. ¡Con Misa del Gallo incluída!
Otros que nos vemos en la tesitura de "seguir con la tradición familiar de la cena de Nochebuena", intentamos darle a la fiesta el interés que tiene: una excusa para reunir a la familia, tener fiesta en el trabajo y hacernos regalos. La Fiesta ha evolucionado y en la mayoría de los casos, ya no es un día para "celebrar el nacimiento del Niño", si no una fiesta más en el calendario, en la que hay una serie de convenciones dadas: cena abundante y especial, decoración de la casa, etc, etc...

Por supuesto cada cual es libre de creer en lo que quiera, y celebrarlo a su antojo.
Lo que me fastidia realmente es el poco interés de la gente en saber de dónde viene esa celebración, por qué se hace ese día, quién tuvo la idea y por qué motivo...Y simplemente aceptan lo dado con los ojos cerrados pensando que eso es "lo correcto" porque "es lo tradicional". Si ellos supieran...

domingo, 5 de diciembre de 2010

Las cebollas salvan vidas.

Y no miento.
Lo he vivido en mis carnes esta misma noche.

Una cebolla ha salvado mi vida.

Llegó en la madrugada a mi habitación, en manos de mi madre que entró a las cuatro de la mañana como una aparición faërica al más puro estilo "Willow".

Desde el otro lado de la casa, mi progenitora me estuvo oyendo toser toda la noche como un San Bernardo, y preocupada, decidió usar el ancestral y radical remedio de "la cebolla cortada por la mitad".

Y es efectivo, maloliente, pero efectivo.

Para luchar contra la congestión nasal, o en mi caso, contra una tos irritativa/nerviosa del demonio que ni me dejaba dormir a mi, ni a los vecinos, se corta la cebolla y se pone en la mesita de noche.
Los vapores son beneficiosos para la respiración, para suavizar la garganta y evitar la tos.


Si no llega a ser por esa cebolla nocturna, no sé dónde hubiesen acabado mis pulmones anoche...

lunes, 29 de noviembre de 2010

Comámonos el mundo... O una empanada.

Lo prometido es deuda.

A continuación os voy a contar cómo elaborar una deliciosa

"Empanada al estilo gallego".


La receta me la dio mi hermana, que a su vez la consiguió de una amiga suya panadera, así que confiad, porque sale "rica, rica".

No lleva demasiado tiempo, pero hay que hacerla sin prisas. Relaja mucho, sobre todo en la parte de la realización de la masa, y además, cunde para varios días.

INGREDIENTES:

MASA:
500 gramos de harina de trigo
1 taco de levadura fresca Hacendado (esto es importante)
1 vaso de aceite de oliva
1 vaso de vino blanco
1 huevo
sal (1cucharada sopera aprox.)



SOFRITO:
(al gusto)
1 lata de atún en aceite vegetal, de 500 gr.
1 lata de tomate natural triturado
1 lata de pimiento rojo
1 cebolla
olivas verdes
peregil, albahaca, sal


PREPARACIÓN:

1.- En un bol, se ponen los 500 gr de harina, y se añade el huevo, el vaso de vino, donde habremos diluido el taco de levadura fresca (ver foto siguiente) , y el vaso de aceite.


2.- Se mezcla todo con unas varillas o un tenedor hasta que quede todo bien integrado, y la masa se separe fácilmente del bol.
3.- En la encimera de la cocina, bien limpita y seca, se espolvorea un poco de harina y se amasa la mezcla con las manos (¡es una gozada!) hasta que quede sin grumitos, bien homogénea.


4.- Se vuelve a colocar en el bol, formando una bola, y se tapa con un trapo de cocina, dejándola reposar media hora como mínimo.

5.- Se pica la cebolla, se trocea el pimiento, y las olivas;



6.- En una sartén grande se vierte un poco del aceite del atún, y se sofríen a fuego lento la cebolla y el pimiento.
7.- Cuando estén en su punto, se añade el atún, bien escurrido.


8.- Se sofríe con fuego algo más fuerte, y se añade el tomate triturado, la sal y las especias. Al gusto.
9.- Cuando el caldito del tomate sea mínimo, se retira del fuego.



10.- La bola de masa de divide en dos trozos exactos.
11.- Sobre la encimera, colocamos la bandeja del horno con un papel de hornear (si no tenéis a mano, también sirve el papel de aluminio), y sobre él, ponemos la masa y la comenzamos a estirar con un rodillo hasta cubrir la superficie de la bandeja, sin que salga del papel.



12.- Mezclamos las olivas troceadas con el sofrito (y también se le puede añadir huevo duro troceadito). Colocamos el sofrito sobre la masa estirada, dejando un espacio de masa al borde, y procurando no sobrecargar la masa con el sofrito. Si nos parece mucho, podemos reservar una cantidad para otro momento....
13.- Sobre la encimera, colocamos otro papel de hornear, y estiramos sobre él la otra bola de masa, para estirarla con el rodillo.


14.- Una vez calculemos que está estirada con las mismas proporciones que la otra, con cuidado la colocaremos sobre la masa con el sofrito que está en la bandeja de hornear, con un rápido movimiento, dándole la vuelta al papel de hornear superior, que retiraremos una vez colocada la "masa-tapa".
15.- Cerraremos la empanada por los bordes, uniendo la masa inferior a la superior haciendo un doblez hacia arriba.
16.- Con un tenedor, hay que practicar una serie de incisiones por toda la superficie, para que pueda "respirar" la empanada al cocer en el horno.


17.- Batimos un huevo, y pintamos la superficie de la empanada.


18.- Hay que meterla al horno a 200 ó 250 grados durante 30 minutos aprox. Depende del horno.

Y una vez realizado todo esto...¡a comer! Puede tomarse caliente o fría.

¡Está riquísima de todas formas!



¿Y qué hacer con el sofrito sobrante? Pues, por ejemplo... ¡Unos ricos spaguetti!



¡Que aprovecheeeee!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

De vuelta de un sueño

¿Que dónde he estado estos días?
En una reunión de amigos muy especial...
Viajé a la Tierra Media y visité Edhellond.
Todo lo que podría expresar sobre lo allí acontecido, lo he dicho en La Fragua de Mahal. Para leerlo, pincha en el siguiente link:

martes, 26 de octubre de 2010

Falsos Enemigos


¿Qué nos hace pensar que podemos comprender la complejidad del universo, y que podemos resumirla con una teoría para todo?

¿Y por qué hay quien dice que esas teorías sólo se pueden aplicar en el campo de la física, sin pretender ayuda de otras áreas como la Filosofía?

¿A caso Ciencias y Letras deben de ser siempre enemigos?

¿Por qué esa animadversión entre unos y otros?

Ayer acudí con Gusano a una "conferencia" sobre física que acabó siendo un simple baño de "multitudes" por parte de los conferenciantes/conversadores. Vamos, que hablaron de todo menos de Ciencia.

La cosa empezó muy interesante, pero pronto se pusieron a divagar con sus quejas sobre las escasas subvenciones del gobierno, la escasez de premios Nobel españoles en los últimos años, datos y más datos biográficos que no revelaban nada...

Lo único interesante fue un leve esbozo sobre la problemática que rodea a la Teoría de Cuerdas, y ya al final, la polémica entre Artes y Ciencias.

Yo, como Historiadora del Arte en potencia, me sentí como una Mata Hari, allí rodeada de científicos. ^^

Se notaba cierto deje de envidia cuando decían que el grueso de la población tenía en más estima las Artes, la Literatura...las Letras en definitiva, que las Ciencias.
Contaban que la gente en general tenía mejor considerado a un escritor, que a un científico. Que no saber sobre teorías científicas no preocupaba, pero que se veía como algo escandaloso no saber leer o escribir....

En mi opinión, ambas partes no son enemigas. Las Letras y las Ciencias no tienen por qué estar reñidas. Si bien es cierto que, y siempre en mi opinión, para la mayoría de la gente las Letras son más accesibles que la Ciencia. Dejando de lado que ésta última sabe "venderse" mucho peor que la primera.

La Ciencia nos rodea, las matemáticas son todo. Pero parecen ser más difíciles de comprender .

Para un adolescente, jugar con su Play Station es diversión, ve el Arte de la imagen, de la música, de la historia que le aporta el videojuego...
Pero no suele pararse a comprender cómo diversas ecuaciones y algoritmos matemáticos hacen posible que esa máquina que tiene entre manos funcione.

¿Por qué?

Hay varias razones:
- Porque el adolescente lo que no quiere es complicarse la vida;
- Porque no es eso lo que busca al ponerse a jugar;
- Porque no ha conocido a nadie que le despierte la curiosidad sobre ese lado oculto.

La comunidad científica, por lo que tengo visto hasta ahora, no quiere intrusismo. Quedó muy claro cuando el conferenciante de ayer dijo que el Principio de Heisenberg sólo se podía aplicar a la física. Pues bien, no estuvimos de acuerdo. La Filosofía puede tener mucho que decir a raíz de este Principio.

Pero...esa rivalidad Letras-Ciencias impide que ambas se enriquezcan.

Por supuesto que existen o existieron teóricos que las unieron, pero hoy día no hay suficientes.

Pero sobre todo, de lo que creo que deberían aprender los Científicos, es de "los de letras" en cuanto a difusión y pedagogía de sus conocimientos.

Si en lugar de quejarse del poco interés de la juventud por el tema científico, les ayudasen a crear un interés real, una curiosidad latente, y lograsen que se adentrasen en el conocimiento del universo, lo único que tendrían que hacer es compartir conocimientos.

Nunca se sabe dónde puede haber un nuevo y mejorado Einstein. Pero tal vez está en fase Ni-Ni. Y hay que atraerlo al lado oscuro....

jueves, 30 de septiembre de 2010

Obras urbanas...o cómo hacer una gymkhana hasta para ir a por el pan.


Esta mañana he ido toda decidida (ilusa de mí) a encontrarme con papeleos y burocracia.
Y lo que no esperaba es que me atracasen a mano armada, como lo han hecho.
Porque lo que me ha cobrado la universidad por la matrícula de este año no puede calificarse de otra manera.
Vamos, que el dinero que tenía ahorrado de todo un año de trabajo en la tienda, se me ha quedado a la mitad. Pffff.

Pero de lo que os quiero hablar hoy no es de los precios abusivos que deben pagarse para aprender algo de provecho en este país (aunque sea con medios penosos o falta de infraestructuras entre otras cosas), si no de la "maravilla" de las obras del tranvía en esta nuestra ciudad Khazadumaña.

¡Por el martillo de Aulë! ¡Qué despropósito! ¡Qué caos circulatorio para el vehículo y para el peatón! Los únicos que no se alteran son los gaticos, que los he visto pasar por cualquier agujero...

Cada día, en las inmediaciones de mi casa, he de enfrentarme a una "gincana", porque más que un recorrido normal, eso es una aventura. Vamos, que si alguien está interesado en rodar una película al estilo de Indiana Jones, que no se gaste ni un duro en decorados: en las obras del tranvía tiene todo un repertorio de escenarios de acción: laberintos, trampas mortales, pasadizos secretos que un día están y al otro no, rampas imposibles, arenas movedizas... incluso secuaces de los malos, unos con sus maquinarias infernales, y otros apostados donde menos te los esperas, con unos cartelitos en las manos que te dicen cuándo puedes pasar y cuándo no.
Y algún piropo también dicen a veces.

Esta mañana he ido a aventurarme por uno de esos pasadizos que hacen entre las obras, para poder cruzar de un lado al otro de la calle.
A parte de dar un rodeo de mil pares, resulta que estos pasadizos tienen la facultad de cambiar a su antojo, como hacen las escaleras de Hogwarts, para cabreo del personal.

Cuando me he adentrado entre los amasijos de hierros, las montañas de arena y trozos de granito, me he imaginado mentalmente con un sombrero fedora y un látigo como los que llevaba Indy, y me he armado de valor para descubrir a dónde me llevaban mis pasos.
Lo mismo en lugar de acabar saliendo al otro lado de las obras y la calle, salía en algún mundo paralelo. Que con la teoría de cuerdas nunca se sabe.

Total, que casi al final de mi expedición he visto cómo una ancianita se asomaba al otro lado del pasillo, sopesando si se podía entrar por ahí, si había cocodrilos o simplemente un paso de peatones; me he cabreado un montón. Porque vale que alguien como yo pueda apañarse más o menos fácilmente, pero algunas personas mayores, o incluso niños volviendo del cole, se desorientan con facilidad, y bien podría pasarles algo.

Deberían poner a algún trabajador indicando a los peatones el recorrido correcto. A veces las señales de "Obligatorio" no son suficientes...

Seguiremos informando desde la Mina y Ciudad del Enano. Ahora más que nunca. ^^

lunes, 27 de septiembre de 2010

Diario de una Julieta.

"Hoy es uno de esos días grises, en los que siento como el frío se cala en mis huesos, los ojos me lloran y no es del viento, y sólo anhelo retroceder en el tiempo.

Volver a esa calidez que hace a penas unas horas tuve, y que debo aprender a no desear.

Aprender a dejar libre lo que más amas, sabiendo que nunca volverá del mismo modo, porque en el amor no hay nada fácil, o de otra forma no tendría sentido.

Unos quieren querer, otros quieren dejar de hacerlo. Y nadie quiere sufrir.
Pero lo hacemos.

La inseguridad ante lo desconocido hiere.
La comprensión cura las heridas, pero aún así, las cicatrices no se borran nunca.
Si lo hicieran, quizá las enseñanzas recogidas por el camino no servirían para nada.
Pero el temor a sufrir de nuevo...Duele.

Hoy es uno de esos días en los que el miedo atenaza mi cuerpo, me impide levantarme y caminar.
El eco de una declaración, y de una promesa, danzan en mi mente, y me ayudan a intentar continuar. Pero la sombra de la tristeza que comprende lo que ocurre en verdad las ahoga, y llueve en mi interior.

Alejarse de lo que amas es una decisión dura. Lo fue en el pasado. Lo es, ad infinitum, ahora.
En verdad, jamás fue como ahora.
Tener la felicidad en la mano y deber desecharla.

No hay palabras tan duras como despedida, pérdida, olvido...
Sólo deseo que si he de perder lo que amo, nunca haya olvido."

viernes, 24 de septiembre de 2010

Bienvenido, otoño.

Ya se va notando que hemos entrado en mi estación favorita del año. Y no es porque mi cumpleaños esté a la vuelta de la esquina. Si no porque en ningún momento del año la naturaleza está tan bonita como ahora.
Y la temperatura es ideal. Los fenómenos atmosféricos impredecibles, las hojas apoderándose de la ciudad, y ofreciendo todo un arco iris de colores que acaban con la monotonía del asfalto...



Ayer ya hubo, por fin, un par de tormentas de las bonitas. Sobre todo por la noche.

Hay pocas cosas que me gusten tanto como oír el sonido de los truenos de una tormenta y la lluvia caer, mientras leo un buen libro metidita en mi cama.

Son esos pequeños placeres de la vida que hacen que toda esta locura tenga sentido.
Placeres como ir a comer crepes con nocilla a casa de una amiga, echar batallas de miradas con el gato a ver quién de los dos se rinde primero, y dejarte perder en ese abismo de color que es su iris mientras piensas en nada.

O rascarte la marca que te dejan los calcetines. Aaaarf. Pocas cosas como eso, amigos.

Disfrutad de la nueva estación que nos brinda el año, pequeños padawanes.
Yo la he empezado con cambios importantes en mi vida, y con nuevos retos que se plantan ante mi. Veremos como capeamos el temporal

Namiau!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Banzo, ¡alicate!


El pasado viernes 17 de Septiembre, y gracias a la compañía de mi amigo Martín, pude volver a disfrutar del talentazo de Pepín Banzo (¡toma rima!) en el Pub Drinks & Pool de Zaragoza.

Hacía ya tiempo que no había podido verlo en directo (la última vez fue con el Funny Magic Creepy Show, otra maravilla) y oiga, una noche de risas se agradece (y más después de un día durillo), que dicen con las risas se gastan calorías, y se rejuvenece el alma.
Eso dicen. Porque yo lo único que noté con tanta risa es que me salían agujetas en la tripa y que no paraban de llorarme los ojos. :)



El caso es que da gusto ver como a un artista de mi tierra le van tan bien las cosas. Y no porque se lo regalen. Pepín lleva muchos años dando guerra, "agitando" al personal con sus talentos.

Ya sea como mago, como músico o cómico... Es un ARTISTA de pies a cabeza, como bien le dijo Lita Claver La Maña siendo jurado de "Dándolo todo", programa de Antena Aragón en el que participó Pepín.

Yo lo conocí con los de Lurte (qué maravilla, ¡por Eru!) en una actuación hace años (creo que hace unos 7) en Las Bodas de Isabel de Segura en Teruel.
Que se me cayó la baba con semejante juego de percusiones es decir poco. Y ya llevo muchos años tocando el tambor, y he visto a mucha gente, buena y mala. Pero el espectáculo de los del Lurte...eso es miel; de la buena. ¡Jodó petaca!

Recuerdo que nos acercamos una amiga y yo a felicitarlos por su actuación, y nos atendió Pepín, me cantó la jota del gato Gabino, y tan contentos. Jajajaja!

El caso es que desde el pasado viernes, no ha sonado otra cosa en mi reproductor de CD que el discazo de Pepín, el


Decir que es altamente recomendable es quedarme corta. ¡¡Compradlo, insensatos!!

Ahora, podremos disfrutar de este "alicate" aragonés el el programa "Aftersún" de Aragón Tv. Recordad: Mañana jueves a partir de las 21:15h.

Os dejo con una de mis pistas favoritas del disco:




Ahí, ahí, ¡¡¡con pitera!!!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Nos veremos otra vez, "Abuelo", con la mochila al hombro.


He de reconocer que no he conocido mucho la vida y milagros de este símbolo aragonés que es y será Antonio Labordeta, al menos poco más allá de su famoso "Un país en la mochila" (que me encantaba) y sus apariciones en el telediario cuando salía en las sesiones del Parlamento.
No he conocido mucho más, más que nada porque mi uso de razón me ha llegado tarde...

Sin embargo, me caía muy bien el hombre, tan auténtico, con las ideas claras, y sin pelos en la lengua, luchando por los intereses de un pueblo que quería ver unido.



Me he quedado acongojada hoy al pasar por la Aljafería de Zaragoza donde está instalada la capilla ardiente, al ver como centenares de personas estaban haciendo cola para darle un último adiós.

Labordeta nos enseñó a creer en lo aragonés, a ser una piña. A no minusvalorarnos. Si no al revés. Fuimos un gran reino antaño (digan lo que digan algunos que van cambiando la historia a su antojo), y no tenemos por qué creernos menos que los demás.
Porque, aunque testarudos, los aragoneses somos un pueblo noble. Y debemos luchar por lo que es nuestro en cualquier ámbito de la vida.

En cualquier caso, sobran las palabras. Me quedo con una canción:



Canto a libertad


Habrá un día en que todos
Al levantar la vista
Veremos una tierra
Que ponga libertad (bis)

Hermano aquí mi mano
Será tuya mi frente

Y tu gesto de siempre
Caerá sin levantar
Huracanes de miedo
Ante la libertad

Haremos el camino
En un mismo trazado
Uniendo nuestros hombros
Para así levantar

A aquellos que cayeron
Gritando libertad

Sonarán las campanas
Desde los campanarios
Y los campos desiertos
Volverán a granar
Unas espigas altas
Dispuestas para el pan

Para un pan que en los siglos
Nunca fue repartido
Entre todos aquellos
Que hicieron lo posible
Para empujar la historia
Hacia la libertad

También será posible
Que esa hermosa mañana
Ni tú, ni yo, ni el otro

La lleguemos a ver

Pero habrá que empujarla

Para que pueda ser


Que sea como un viento
Que arranque los matojos
Surgiendo la verdad
Y limpie los caminos
De siglos de destrozos
Contra la libertad


domingo, 12 de septiembre de 2010

Nota mental: apuntar las notas mentales.

Pues vaya memoria de Dory que tengo.
Pffff.
Resulta que llevo cosa de un mes estresada perdida porque se acercaba el fin de mi contrato de trabajo, y también los exámenes de septiembre. Todo junto. Qué gozada para el cutis, oiga.
Un par de semanas de dormir poco y mal, estudiar, redactar trabajos como una posesa, ir a trabajar, alimentarme a base de macarrones, zumos, leche con colacao, y ramen, y... ¡se acabó! Tras (de momento) un sobresaliente como una casa (como un chalé, más bien) al fin tengo tiempo para actualizar el blog.

Además, durante ese tiempo se me ocurrieron muchos temas graciosos para comentaros....pero...Houston, tenemos un problema. Hay un error de acceso al archivo de memoria.
¿Qué maravillosos temas eran esos? No consigo recordarlo. Lo cual indica que:

a) no eran tan interesantes.
b) tengo el disco duro lleno.
c) estoy fatal de lo mío.

Madredelamorhermoso. Pensar algo cojonuten y no recordarlo. Esto es tener una memoria de pez. O en su defecto ser idiota y no apuntarlo en el momento en que se me ocurren las cosas.

Total, que cuando me vayan viniendo (si vienen) esas ideas fantabulosas que contaros, pues las contaré. Con más o menos gracia. Que tampoco nos vamos a poner exigentes a estas alturas.

Besicos de gato para todos.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Hoy, como siempre, te recordamos, Profesor.

Hoy, como siempre, un pequeño rincón de nuestro corazón llora, y recuerda que se nos fue a las Tierras Imperecederas un artista de las palabras, un amante de Faery, un rohirrim de la épica...


Hoy, como cada año, lloramos la pérdida de un amigo, un mentor, ese otro abuelo que forma parte de una gran familia, la de las Sociedades Tolkien de todo el mundo.

Hoy es el día en que volvemos a decir: brindamos por tu descanso, Profesor.

El 2 de septiembre de 1973 nos dejó J.R.R. Tolkien para reunirse con los elfos más allá del mar.


Pero nos quedarán por siempre sus palabras, más brillantes que el más brillante de los silmarills.

Hoy, como cada aniversario de su muerte, toca leer un fragmento.
Yo he elegido este: la aparición de Glorfindel.

"El camino se extendía bajo las sombras alargadas del atardecer, apacible y desierto. No había otra ruta posible, de modo que bajaron por la barranca y torciendo a la izquierda marcharon a paso vivo. Pronto la estribación de una loma interceptó la luz del sol que declinaba rápidamente. Un viento frío venía hacia ellos desde las montarías que sobresalían allá adelante.
Empezaban a buscar un sitio fuera del camino donde pudieran acampar esa noche,
cuando oyeron un sonido que los atemorizó de nuevo: unos cascos de caballo que resonaban detrás. Volvieron la cabeza, pero no alcanzaron a ver muy lejos a causa de las idas y venidas del camino. Dejaron de prisa la calzada y subieron internándose entre los profundos matorrales de brezos y arándanos que cubrían las laderas, hasta que al fin llegaron a un monte de castaños frondosos. Espiando entre las malezas podían ver el camino, débil y gris a la luz crepuscular allá abajo, a unos treinta pies. El sonido de los cascos se acercaba. Los caballos galopaban, con un leve tiquititac tiquititac. Luego, débilmente, como si la brisa se lo llevara, creyeron oír un repique apagado, como un tintineo de campanillas.
-¡Eso no suena como el caballo de un jinete Negro! -dijo Frodo, que escuchaba con atención.

Los otros hobbits convinieron en que así era, esperanzados, aunque con cierta desconfianza. Desde hacía tiempo marchaban temiendo que los persiguieran y todo sonido que viniera de atrás les parecía amenazador y hostil. Pero Trancos se inclinaba ahora hacia adelante, casi tocando el suelo, la mano en la oreja y una expresión de alegría en la cara. La luz disminuía y las hojas de los arbustos susurraban levemente. Más claras y más próximas las campanillas tintineaban y tiquitac venía el sonido de un trote rápido. De pronto apareció allá abajo un caballo blanco, resplandeciente en las sombras, que se movía con rapidez. El freno y las bridas centelleaban y fulguraban a la luz del crepúsculo, como tachonados de piedras preciosas que parecían estrellas vivientes. El manto flotaba detrás y el caballero llevaba quitado el capuchón; los cabellos dorados volaban al viento. Frodo tuvo la impresión de que una luz blanca brillaba a través de la forma y las vestiduras del jinete, como a través de un velo tenue.
Trancos dejó de pronto el escondite y se precipitó hacia el camino, gritando y saltando entre los brezos, pero aun antes que se moviera o llamara, el jinete ya había tirado de las riendas y se había detenido levantando los ojos a los matorrales donde ellos estaban. Cuando vio a Trancos, saltó a tierra y corrió hacia él gritando: Ai na vedui Dúnadan! Maegovannen! La lengua y la voz clara y timbrada no dejaban ninguna duda: el jinete era de la raza de los elfos. Ningún otro de los que vivían en el ancho mundo tenía una voz tan hermosa. Pero había como una nota de prisa o temor en la llamada y los hobbits vieron que hablaba rápida y urgentemente con Trancos. Pronto Trancos les hizo serías y los hobbits dejaron los matorrales y bajaron corriendo al camino.
-Este es Glorfindel, que habita en la casa de Elrond -dijo Trancos. -¡Hola y feliz encuentro al fin! - le dijo Glorfindel a Frodo-. Me enviaron de Rivendel en tu busca. Temíamos que corrieras peligro en el camino."

Por el Profesor, ¡Alzo mi copa....!

viernes, 6 de agosto de 2010

Terceras partes, sí pueden ser buenas.

(La crónica que parecía que no iba a llegar nunca....y aquí está. ^^)


Han pasado once largos años desde que Woody, Buzz, y la demás pandilla de juguetes del pequeño Andy nos dijeron “hasta luego” con “Toy Story 2”.

Ahora, tras ese tiempo, nos ha llegado a las pantallas de los cines la tercera entrega de las aventuras de esos entrañables personajes que, de la mano de Pixar, hicieron un hito en la Historia del Cine al convertirse en la primera película de animación creada completamente por ordenador.

Hasta aquí, nada que no sepamos.

Aunque si queréis saber más sobre el nacimiento de Pixar, y su presentación al mundo con “Toy Story”, sólo tenéis que leer el precioso reportaje que nos ofrecieron los chicos de la revista Cinemanía.


Lo que yo os quiero contar es mi experiencia personal con la película. He intentaré no hacer ningún spoiler, porque ¡debéis ir a verla!


¿Quién no ha tenido un juguete de esos que le han acompañado durante años?

Sí, de esos a los que se les coge cariño como si fuesen un amigo más al que poder contarle los secretos de la niñez con la total certeza de que no van a salir de la habitación; ese tipo de juguetes con los que hasta dormías, y que si alguna vez al salir de viaje te dejabas olvidado, te era imposible conciliar el sueño.

Esos objetos de tela, plástico, papel o metal que te permitían crear mundos imaginarios que habías conocido sólo en los libros, y ellos te ayudaban con su presencia a hacerlos más cercanos, tangibles…

Algunos habían sido un regalo, otros una herencia. Otros pocos afortunados los encontraste abandonados a su suerte, pero todos acabaron teniendo un significado especial para ti. Aunque siempre destacó alguno. Y ese, es el juguete al que me refiero.

Ese que seguirá estando en tu habitación aunque entren en ella ya tus nietos.


En mi caso, se llama Síper (por Zipper, la mosca de "Chip y Chop Los Rescatadores").

Es un gato de peluche azul clarito que me regalaron a los 7 años, y que ha dormido siempre en mi cama.

Jamás he llorado por un “objeto inanimado” y nunca como cuando sufrió el ataque indiscriminado de mi traviesa y jovencísima perrita, Katy, del cual salió bastante mal parado: hubo que coserle el cuello, volver a pegarle el 90% de su naricilla rosa de plástico, y su ojo izquierdo, que presenta una cicatriz por la mitad. Y aunque de eso hace mucho tiempo, ahí sigue, al pie del cañón, presidiendo mi cama del pueblo.


Esa sensación que se tiene al “querer” a un amigo inanimado, la transmite a la perfección Toy Story 3. Y lo hace tan bien, tocando la fibra sensible del espectador con los planos adecuados, la música adecuada en el instante preciso, los diálogos clave, el ritmo de escena …Que se asegura sí o sí que aquella persona como tú y como yo que ha sentido eso alguna vez por un juguete, llore a moco tendido.

¡Madre mía! Y yo que pensaba que cuando me libré de derramar las lágrimas en el momento “peligroso” de la acción ya iba a salir indemne de lagrimones…¡pero me equivoqué! El final está tan bien hilado y tan intencionadamente creado para ser lacrimógeno, que no me pude reprimir.


En cuanto a la trama de la película, la verdad es que es un buen guión de aventuras, tal y como nos tienen acostumbrados en Pixar, con sus escenas de carcajada (tanto de niños como de mayores), sus guiños a otras películas míticas de la Historia del Cine, sus momentos “moñas”, sus escenarios y ambientación pulcramente elegidos, su calidad artística, y el cuidado de el más mínimo detalle. Todo ello hace que sea una película apta para niños, y para aquellos “menos niños” que han esperado la tercera parte durante años.

Porque, como ya hemos comprobado alguna vez, terceras partes sí pueden ser buenas.


jueves, 29 de julio de 2010

Las bicicletas son para el verano...

...pero no el Cacao Soluble de Hacendado.

Todo aquel fan de productos Hacendado, habrá probado el delicioso Cacao Soluble que nos oferta esta cadena de supermercados tan maravillosa como es Mercadona.


En invierno, una tacita de leche caliente pide a gritos una par de cucharadas (o tres) de cacao, y esta marca compite con las dos grandes que todos conocemos (la del negrito del África tropical y la del conejo Quiky), con una buena relación calidad-precio.

Pero.... ¡ah! Cuando llega el verano, no apetece nada calentar la leche. Lo que se lleva es una taza de leche freeeeeeeeesssssca. Y aquí llega el problema:

¡¡¡el cacao de Hacendado repele la leche fría!!!

Y no un poquito, no. ¡Mucho!
Igual que un plástico repele la lluvia, que dos polos de imán de la misma carga se repelen entre sí, que un perro y un gato, que un elfo y un orco, que un político y la decencia....Esas cosas, ya sabéis, que son incompatibles.


Pues bien, este cacao y la leche fría, ¡ni batiéndola dentro de una botella se logra la total disolución!
Ni baticaos, ni varillas de acero de repostería, ni paciencia a pozales, ni bombas nucleares....
Disolver el cacao Hacendado en leche fría es una misión que sólo un hombre puede resolver, y no es otro que MacGyver.




martes, 20 de julio de 2010

El día que perdí mi Musa


Uno de los días más tristes, fue el día que perdí mi Musa.
Y lo peor de todo, es que no sé cuándo fue exactamente.

El caso es que yo antes escribía. Mucho.

Bolígrafo en mano, plasmaba mis pensamientos y sentimientos en un relajante ejercicio de catársis.
O creaba historias de mundos imaginarios plagados de fantasía, con personajes que vivían grandes aventuras.
Muchas se quedaron sin terminar, proque surgían otras nuevas con fuerza que ocupaban mi cabeza y clamaban por salir de ella. Otras tantas fueron acabadas, con mayor o menor talento, pero siempre con ilusión.
Algunas han sido leídas por otras gentes.
Otras, nunca saldrán de la carpeta en la que han sido resguardadas de miradas ajenas.

Pero últimamente....mi inspiración, mi río imaginativo está seco.


He perdido mi Musa. O se ha ido de vacaciones. Largas.

El caso es que echo de menos Crear.

Hace unos días vi el nacimiento de una buena canción. Y envidié profundamente la suerte de su hacedor por su tiempo creativo.
Y eso que él se quejaba porque le había llevado mucho rato y estaba en plan perfeccionista cambiando cosas continuamente.

Pero esa agradable sensación que se tiene cuando das forma a una idea, cuando trasladas de tu mente a un papel una historia...
Cuando imaginas un personaje, le haces hablar, creas situaciones para que las resuelva...
Y entonces llega un momento en el que ya no eres tú quién maneja la historia, si no que pasas a ser simplemente el transcriptor de unos sucesos que han tomado vida propia y habitan en Fantasía.


Esto que os cuento, lo explicó Tolkien cuando escribía ESDLA, y yo tuve el privilegio de vivirlo hace años creando "La leyenda de Selerkála". Pero la segunda parte que tenía prevista...se resiste a surgir. A penas unas ideas esbozadas, pero no tengo esa chispa creadora del pasado. Me bloqueo. Me quedo en blanco.

Algo me pasa y no sé qué es.

¡Musa! ¿Estás ahí?

martes, 13 de julio de 2010

Sobran las palabras

Cuando la emoción se siente a flor de piel, tanto que las lágrimas escapan sin poderlo evitar mientras una sonrisa colapsa tu rostro....sobran las palabras.

Me perdí todos los partidos de España en el Mundial excepto el primero, y el último.

Pero valió la pena esperar para ver la Gran Final. El esfuerzo de un equipo de COMPAÑEROS, de un grupo de AMIGOS.



Una lección que debería de aprender mucha gente: las dificultades se superan si se arrima el hombro al de al lado, y si nos ayudamos todos.

Es difícil de explicar lo que sentí al terminar el partido. Sólo sé que no podía dejar de llorar de alegría.

Porque ese triunfo lo materializaron los jugadores, pero lo hemos impulsado todos los españoles, creyendo que el sueño era posible hacerlo realidad.

Hasta las empresas ya dejaban de lado ese "si España pasa de cuartos, tele gratis", para decir "Si España gana el Mundial....".

Algo había cambiado.
Estamos unidos por algo muy bonito. Y de esa unión, deberíamos aprender los ciudadanos de a pie de todos los rincones de la geografía española. TODOS.


El talento de esta Selección es indiscutible, pero sobre todo, ya no hay individualidades, si no TRABAJO EN EQUIPO. AMISTAD. RESPONSABILIDAD.


SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO.

viernes, 2 de julio de 2010

RUIDO

Definitivamente, el cuerpo humano está mal diseñado.
Podría extenderme mucho en este tema, pero hoy me voy a centrar en algo que me afecta directamente: el oído.


¡Maldita sea! ¿Por qué no podemos cerrar el oído igual que cerramos los ojos?
¿Por qué es tan difícil aislarse de los ruidos ensordecedores de nuestro alrededor?
Como las obras del local comercial de al lado, que están resultando ser un auténtico infierno.

A ver, que yo soy la primera que cuando se ducha, o cuando me cambio para ir al trabajo, pongo la música a toda pastilla, pero es sólo un ratejo. Y nunca, nunca, si hay personas durmiendo-descansando-estudiando, o si son horas intempestivas (ya sea mañana o noche).
Que ante todo, hay que tener un respeto. Y además, para eso se inventaron los auriculares. Para escuchar música sin molestar al prójimo.

Pero de lo que yo me quejo hoy no es de la música alta...Si no de la contaminación acústica bestial de las obras que tengo al otro lado de la pared.

Desde las ocho de la mañana, comienzan la tortura auditiva taladros, martillos neumáticos que hacen vibrar mi cama, mi mesita... cascotes de escombros cayendo al contenedor de metal gigantesco aposentado a unos 15 metros de mi ventana, ruido de maquinaria pesada, de nuevo el taladro, gritos de obreros...

Que yo no digo que no sea necesario, pero tener la obra pared con pared, por toda la casa, durante un mes, durante todo el día menos una horita para comer... Es estresante, como poco.

Me levanto de mal humor. Ya no por madrugar, si no por despertarme bruscamente, y tener la certeza de que ese fuerte ruido va a durar todo el día sin descanso.
No hay que tomarlo a broma:


Y es que cuando algo te molesta y no lo puedes controlar, te molesta el doble.

Y yo que me quejaba de las vuvuzelas del mundial....

Por eso digo lo del mal diseño.
Ya sé que estas obras que padezco son necesarias para mejorar las condiciones del local, del que nos aprovecharemos todos los vecinos. Coooorrecto.
Pero, ¡ni con los tapones para los oídos consigo aislarme del ruido!
Me levanto de mal humor, con dolor de cabeza, no me concentro en nada, no descanso bien, y salir de casa es una elección difícil si sabes que afuera vas a encontrar 37 grados o más esperando a freirte el cerebro. Apufffff.


No me quiero imaginar lo que tiene que estar soportando el planeta.

Y no me extraña que se vengue sutilmente de ese parásito destructivo que es el ser humano.

martes, 1 de junio de 2010

Como llegué a la Tierra Media

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...
Errrr, no. Eso ahora no.

Sería más correcto decir: "Cuando el Señor Bilbo Bolsón de Bolsón Cerrado anunció que muy pronto..."
El caso es que hace años, unos 17 o 18 años (cuando era una pipiola, vamos), entré una tarde en la biblioteca de mi pueblo a sacarme otro ejemplar que devorar.
Paseé entre los estantes con avidez en la mirada, leyendo lentamente los títulos de los lomos de los libros, por si con alguno de ellos me saltaba la chispita dentro, activándose el radar de "aquí hay una aventura para ti".

El aroma a páginas nuevas y antiguas, se mezclaba con el olor de la madera de los estantes.
El silencio se interrumpía sólo por mis pasos y algún crujir de encuadernaciones de los dos chicos que había haciendo un trabajo en las mesas contiguas a los estantes.

Entonces, tras recorrer toda la sección infantil, y ver que los libros que no me había leído no me decían nada, decidí acercarme a la sección juvenil.

Volví a rebuscar entre los títulos y...de repente leí algo que me hizo parar en seco:

En una encuadernación de fondo rosado con letras moradas se leía: "El Señor de los Anillos" J.R.R. Tolkien.

He de reconocer que a simple vista, el título no me produjo nada más allá de la mera curiosidad. De echo, su título me recordó a "El Señor de las Bestias", esa adorable película ochentera plagada de animalicos y que tanto me gustaba.

Pero finalmente lo saqué de la estantería, observé su extraña portada y leí su contra portada. Decidí que allí había una gran aventura.

Me acerqué entonces al mostrador con ESDLA y un libro de "Los Cinco en..." dispuesta para llevármelos a casa.

Pero la bibliotecaria decidió que yo era demasiado pequeña para leerme el libro de Tolkien.

La Tierra Media tendría que esperar....

...Y esperó hasta que cumplí los 17 años. Ese verano, hojeando y ojeando la revista Discoplay, encontré en la sección de libros un título que me llamó la atención y revivió recuerdos de aquella tarde en la biblioteca, que estaban adormecidos en mi memoria;

En la parte superior de la hoja, aparecía un pequeño rincón con una imagen del autor, un señor que fumaba en pipa, junto a una breve reseña de su vida y de la obra anunciada.
"El Señor de los Anillos" de J.R.R.Tolkien".

Cuando leí que era una novela épica repleta de aventuras, elfos, enanos y hobbits que buscan la liberación de la Tierra Media sumida en la maldad de Sauron, el Señor Oscuro...No me hizo falta más. Ya tenía elegida mi lectura del verano para mis guardias en el bar.



Aún recuerdo cómo devoré aquellas páginas. La cara de incredulidad de mi madre cuando me sentaba con el libro en la mesa a la hora de comer porque no podía parar de leer. Mis noches casi en vela porque no podía dejar a los personajes quietos ni un momento sin saber qué harían luego.

Mis lágrimas rebosando con la muerte de Gandalf el Gris, y mis intentos por que no se me notase que había llorado mientras les servía cañas a los clientes del bar...

Miles de sensaciones vividas sin moverme de la silla, la simpatía y la manía por unos y otros personajes, los maravillosos paisajes, la maravilla de nuevo idioma que asomaba en algunos párrafos, el halo de magia y epicidad de la historia, los mitos antiguos a penas esbozados, los valores que emanaban de sus páginas, la identificación con palabras, situaciones, sensaciones, personajes...

El "querer estar allí"...
El querer saber qué pasa después pero lamentarte porque cada vez quedan menos páginas por leer...

Fue...inexplicable. Un hueco que durante años y años había estado vació se empezó a llenar. Al fin había encontrado el tipo de historia que llevaba tanto tiempo queriendo leer sin saberlo.

Pocos años después, cuando llegué a la Universidad, y un buen día vi los carteles de los "I Encuentros con Tolkien" a cargo del Smial de Khazad-Dûm que rezaban: "si te gusta Tolkien y quieres conocer a más gente como tú, ven el día...".
El corazón me dio un vuelco. Por fin podría compartir todo aquello que sentí con ESDLA y con los demás libros de Tolkien que cayeron en mis manos después, con más gente que también los había leído.

Pero eso, es otra historia.

El caso es que todas las obras de Tolkien ocupan hoy día un huequecito en mi corazón, en la historia de mi vida. Con ellos he llorado, reído, aprendido, recordado lo que nunca olvidé; alimenté mi avidez lectora, inspiré mis manos escritoras, creé personajes nuevos, historias nuevas para los antiguos; soñé, me ilusioné... Viví, y viviré. Porque siempre hay más que se puede aprender y leer sobre Tolkien.

Porque lo llevo en el corazón, y tatuado en mi piel...Literalmente. ^^

viernes, 28 de mayo de 2010

Tic, tac, tic tac

Bueeeeno, conseguí romper el círculo vicioso.
Conseguí limpiar-ordenar mi habitación; los apuntes están dispuestos sobre el escritorio. Los planes van saliendo según lo previsto.
Me espera un mesecito duro duro. Aunque al menos he conseguido que me den siete días de las vacaciones que me deben para la semana dura de exámenes, y así poder concentrarme mejor.

Tengo por delante una intensa investigación sobre Kumiko Fujimura para el trabajo final de Fuentes, un apasionante temario que aprender de Arte Precolombino (que maravilla haber sido alumna de José Luis Pano), un no menos interesante y amplio temario sobre Urbanismo, un acercamiento al Arte Africano y varios trabajos...

Vamos, que no voy a dar más de mí. Pero ha sido un gran año académico. Casi como el pasado. Espero poder acabarlo con todo aprobados también.

Es muy gratificante encontrar a profesores que dejen huella, para bien.

Es por todos sabido (si me habéis leído con anterioridad), el gran cariño y admiración que le tengo a la profesota Elena Barlés, pues este año he de decir que "me hago fan" también del profesor Jose Luis Pano Gracia, que me ha dado Arte Americano Precolombino e Hispánico.

Mi clase y yo, rodeando al Profesor en el aula.

Ha sido toda una maravilla asistir a sus clases, tan bien expuestas, tan amenas, presentándonos a una cultura tan cercana y lejana a la vez a nosotros. Preocupándose por todos y cada uno de sus alumnos. (Gracias a sus esfuerzos conseguí que me diesen día libre en el trabajo el domingo del día de la madre, para poder visitar el Museo de América de Madrid con la clase).

Viaje al Museo de América. Jardines. Grupos I y II.

Tratándonos con cariño y respeto y siempre sin perder el buen humor y la profesionalidad.
En definitiva, despertándonos un interés real por la asignatura, al ayudarnos a descubrir, y sobretodo entender y admirar a culturas tan increíbles como la Olmeca, Valdivia... o las ya famosas Maya, Inca y Azteca.

Sentiré un gran alivio cuando pase el mes infernal de exámenes. Pero me dará pena dejar atrás a buenos profesores. Espero que los que me quedan por venir (algunos viejos conocidos) cambien la opinión que tengo de ellos. ^^

Seguiremos informando, padawanes.