Neko

Cita del momento:

"No se puede ir por ahí construyendo un mundo mejor para la gente. Sólo la gente puede construir un mundo mejor para la gente. Si no, es solamente una jaula."
-- Terry Pratchett, Brujas de Viaje.
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viernes, 18 de diciembre de 2009

¡¡Una!! escena de cine.

Y para inaugurar el nuevo aspecto invernal del Flet...
Una sencilla pregunta:
¿Cuál es tu escena favorita del Cine?

Sí, lo de "sencilla" iba con segundas.

Esta tarde he tenido una interesantísima conversación con un amigo y, además de imaginarnos como directores de cine poniendo en marcha proyectos que, de momento, están en el tintero, hemos hablado sobre la escena de cine que más nos había impactado-gustado-marcado. Nuestra favorita, en definitiva.

Él me decía que probablemente su favorita sea la escena de "Braveheart" en la que William Wallace (Mel Gibson) le retira el yelmo al Rey, y se da cuenta de que éste le ha traicionado. Es un momento muy sencillo, que a la vez encierra mucho significado, y que está narrado excelentemente con a penas unos pocos planos, conteniendo en ellos muchas emociones...

Pero yo, a la hora de contestar esta tarde, me he quedado en blanco. Porque si ya es difícil escoger una película como favorita, o incluso un Top Ten...¡una sola escena es "impohible"!

Porque cada película tiene su aquél, y dentro de cada una, cada escena transmite una u otra cosa por la que podría ser La Favorita.

Así, sin pensar mucho, me han venido a la mente escenas como el beso del final de Don Juan y Doña Ana en "Don Juan de Marco" (protagonizada por Jhonny Depp y Marlon Brando), mientras suena el "When you love a woman" de Brian Adams y Brando y Dunaway se ponen a bailar :



O la maravillosa (y ya mítica) frase de Rhett Butler (Clark Gable) a Scarlett O’Hara (Vivien Leigh) en "Lo que el viento se llevó": "Francamente querida, me importa un bledo".
(Os dejo el enlace porque la inserción no está permitida... Pincha AQUÍ para ver la escena.)

Pero también mientras pensaba me ha venido otra a la cabeza, una escena que en el cine me encantó, me hizo esbozar una graaan sonrisa de emoción y un expresivo ronroneo. Es la escena de "La venganza de los Sith" en la que acaban de atornillar el casco a Anakin, ahora ya Darth Vader (Hayden Christensen). Entonces se queda todo en silencio, y tras un segundo de silencio se oye su identificativo "schhhhhh"... Increíble:



Luego están escenas como la extraída de "El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo". Esa épica batalla de Gandalf (Ian McKellen) contra el Balrog en el puente de Khazad-Dûm (y no sólo porque la tierra tire ^^), y su mítica frase de "¡No puedes pasar!":




El esperado retorno a la vida corpórea de Lord Voldemort en "Harry Potter y el Cáliz de Fuego" (para verla, AQUÍ. Que de nuevo el-pequeño-Ramón y sus amigos hacen de las suyas con los enlaces de videos.)

O ese otro gran clásico como son los Hermanos Marx, en su "Una noche en la ópera" con la escena de la firma del contrato:



O el baile de los panecillos de Charles Chaplin en "La Quimera del Oro", que también homenajea Jhonny Depp en "Benny & Joon":





O ese final de "Batman" (Michael Keaton) de Tim Burton, con la gran banda sonora de fondo:



...¡Es tan difícil!

La niña de "El Exorcista" girando su cabeza ante el Padre Carras; en "Psicosis", Norman Bates subiendo a por su madre a la habitación, con un magistral movimiento de cámara en grúa que realiza Hitchcock; Bruce Campbell en "El ejército de las tinieblas", intentando pronunciar eso de "natum verata nitum" para cojer el Necronomicón; El descubrimiento de la melodía alienígena en "Encuentros en la tercera fase"; Freddy Krueger apareciendo en los sueños de un jovencísimo Jhonny Depp en "Pesadilla en Elm Street"...


No sé....¡Me dejo muchas! Es tan complicado elegir... Hay tantas (o más) escenas memorables como películas dignas de recordarse.

¿Puedo pedir el comodín del público?

ADELANTE. ^^

martes, 15 de diciembre de 2009

La Piel.

Si eres buena en tu trabajo, es reconfortante.
Si por cada prenda que vendes te llevas un porcentaje, aunque sea de un 1%, es de agradecer.
Pero cuando unes ambas cosas para vender algo que va en contra de tus principios, la decisión es dura.

Y más si es un goloso caramelo de 1.390 euros.

Hoy he estado a punto de vender La Piel.
Si no me equivoco, la prenda más cara de toda la tienda.
Un chaquetón de visón marrón.

¿Bonito? Sinceramente, feo no es.
¿Suave? Muy suave, sí.
¿Cálido? Evidentemente.

Pero pero todas sus cualidades no mitigan el hecho de que está realizado con la piel de unos animales ejecutados sólo para que una snob especuladora pueda presumir de su capital delante de sus amigas, mientras toman el té de jubiladas en una cafetería en la que se reunen a recordar viejos tiempos de juventud y, allí, haciendo oídos sordos a todas las penurias que la gente de a pie sufre a su alrededor, adularse unas a otras con falsedad e hipocresía mientras cuentan mentalmente los millones acumulados en sus cuentas corrientes...

¿Que los hombres prehistóricos, por ejemplo, también usaban pieles para cubrir sus cuerpos desnudos? Desde luego. No tenían otra cosa. Era pura supervivencia.

Lo de estas señoronas ricas es puro vicio y prepotencia. Ostentación. Humillación de aquellos que no pueden permitirse matar a animales inocentes para llevar sus pieles-trofeo en los hombros. Elitismo.

No digo que un abrigo como éste no sea vistoso, agradable, cálido....Pero el mismo papel hace uno así de piel sintética. Y cada cual conservaría su propio pellejo. Aiss, si algunas cosas fueran como en el Mundo al Revés...

Al final, la señora ha dicho que se lo tenía que pensar.
Al parecer sus amigas le habían dicho que se comprara uno corto como el de ellas, y no un chaquetón largo. Aunque este le gustaba. Mucho. Tanto como para probárselo varias veces, tenerme esperando, hacerme sujetarle un gran espejo par verse por detrás, como en las peluquerías, ¡hacer que me probase yo el abrigo para ver cómo quedaba por detrás!...En fin....


Después de estar más de media hora atendiendo a esta mujer, repitiéndome constantemente que la prenda ya estaba fabricada y que yo no podía hacer nada por aquellos visones...


Después de sentirme como una traidora a mis principios por intentar vender algo que jamás aconsejaría, pensando constantemente en el bien de la tienda y en el bien de mi bolsillo si lograba venderla...
Va la mujer y se larga sin ella.

Me siento fatal.