Pero no brotan de la nada. ¿Cómo se llega a ellas? A través de personas injustas.
Ese tipo de gente que se cree superior, que disfruta pisoteando a los demás, con el pretexto alojado en su enferma mente de que es mejor, más importante que los demás que le rodean, y que éstos, no se merecen respeto.
Esos individuos que preparan cócteles asesinos para la gente de su alrededor sólo porque se divierten con ello.
Esos... dictadores, que tienen un puesto desde el cual pueden pisotear, despreciar y maltratar a las personas como si no fuese con ellos eso de la educación.
Gente que ante un accidente, un fallo...no dan el beneficio de la duda al que todo ser humano tiene derecho. Simplemente desconfían de primera mano, condicionados con prejuicios previos ajenos a la situación y que les pusieron en alerta en el pasado. La desconfianza entre los seres humanos lleva a la injusticia, siempre bien aderezada por el orgullo desmesurado, y sobre todo por la prepotencia.
No he vivido esa situación en primera mano desde hace tiempo, pero en a penas un día he sabido de dos personas cercanas que sí.
Es una lástima que el ser humano se debata eternamente entre la calificación de "bondadoso por naturaleza, llevado en según que casos al mal por las circunstancias" o "maligno por naturaleza, con excepciones."
¿Se puede confiar plenamente en otra persona? Desde luego con alguien a quien acabas de conocer, hay que ir con pies de plomo, porque incluso con gente que conoces de toda la vida, puedes llevarte un desagradable desengaño.
Nosotros mismos nos sorprendemos alguna vez sin necesidad de que lo haga alguien ajeno a nuestra persona...
Pero la desconfianza que alguien pueda tener sobre otro alguien, no debe impedir que al menos se den oportunidades para expresarse, para explicarse. Para llegar a una solución de un conflicto pacíficamente, con un trato correcto.
No se puede ir por la vida creyéndose superior y tratando mal a los demás por ello.
No se puede ir pisoteando las ilusiones de la gente, sólo por ser un narcisista con complejo de inferioridad, que paga sus problemas con los demás.
Pero intentar razonar con gente así, es como mantener una conversación con Eco en las montañas:
'Conozco a las personas que hablan de sufrir por el bien común. ¡Nunca son ellos, joder! Cuando oyes a un hombre gritar: ¡Adelante, bravos camaradas!, verás que siempre es el que está detrás de la jodida roca enorme, y el único que lleva el casco realmente a prueba de flechas'.
-- Rincewind da un discurso sobre política.
Terry Pratchett, Interesting Times.