Neko

Cita del momento:

"No se puede ir por ahí construyendo un mundo mejor para la gente. Sólo la gente puede construir un mundo mejor para la gente. Si no, es solamente una jaula."
-- Terry Pratchett, Brujas de Viaje.
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miércoles, 8 de enero de 2014

Crítica de “Reyes de Aire y Agua” o la historia de cómo viajé de nuevo a Fantasía.

"Reyes de Aire y Agua" es mi segundo gran descubrimiento literario de 2013.
El primero fue "Dewey lee más libros", del que os hice una reseña en mi anterior publicación. Pero son dos libros completamente diferentes... excepto porque ambos tienen gatos en su interior, y los dos me emocionaron profundamente hasta la lágrima.

"Reyes de Aire y Agua" es muy especial por varias razones:

 Portada del libro
 Publicado por Cápside Editorial, está escrito por Jesús Fernández Lozano, al que yo he admirado desde hace muchos años como socio emblemático de la Sociedad Tolkien Española, donde lo conocemos por Tevildo, el malvado gato ideado por Tolkien en sus primeros escritos.
Y en verdad, una vez que al fin lo he conocido en persona más allá de un simple saludo, tiene mucho de gato. Pero nada de maligno.

Jesús Fernández en la presentación del libro en la EstelCon.
En la pasada Mereth Aderthad o EstelCon (la fiesta de la reunión celebrada anualmente en la Sociedad Tolkien Española) que disfrutamos en noviembre en Barcelona bajo el amparo de los amigos del Smial de Lorien, tuve el placer de asistir a la presentación del libro que el propio autor realizó en La Conrería.
No conocía la existencia del libro más allá de haber visto la ilustración de portada por Facebook (una preciosidad, por cierto) enlazada por algún compañero de la asociación, pero la verdad es que hasta ese día no le había prestado demasiada atención.

Tras la maravillosa presentación de aquel gato-hombre de sonrisa sincera que refrescaba su gaznate en los descansos de su disertación con vino y no con agua, salí corriendo hacia la EstelTienda a comprar dos ejemplares del libro, uno para mí y otro para la musa que inspiró el primero de los relatos del libro: mi queridísima hermana de alma Maya Berúthiel, ya que ella y principalmente su gatita Wendy son las protagonistas del primer relato del libro: "Wendy de los gatos".

 He aquí la protagonista, dominando el horizonte del belén hace unos cuantos años.

Por supuesto, tras presentarme debidamente, le pedí que me firmase ambos ejemplares, y es algo que atesoro como si de una gema mágica se tratase.

Mi ejemplar firmado por Tevildo.

La verdad es que guardo muchos y muy buenos recuerdos de la EstelCon, y es raro que no os haya hecho una crónica como solía hacer antes con cada cosa que me pasaba.
Supongo que será la edad, que me hace volverme más silenciosa y misteriosa. O simplemente que me da pereza y pena a partes iguales, porque fueron días maravillosos que ya quedan en el pasado y a los que no se puede volver.

Pero centrémonos, que me disperso "como mantequilla untada sobre demasiado pan" que diría Bilbo-Holm.

Cuando comencé la lectura del libro, venía prevenida por Jesús: me esperaban aventuras a la vieja usanza, esas historias que recogen la Fantasía más pura, la de las leyendas sencillas, con elementos simples, mágicos, verdaderos porque los creemos posibles. La magia de un pequeño grillo que canta en la noche, de una gata bendecida por el Rey de los Gatos para poder llevar a cabo sus anhelos, las historias de príncipes y princesas, de mendigos y caballeros, de enanos y hadas... Las inocentes historias que esconden profundas enseñanzas que tan sólo se revelan a aquellos que saben leer más allá de las palabras.
Unas historias sencillas sin grandes florituras ni enredos, sin héroes todopoderosos que salvan el mundo en el último minuto. Tan sólo humildes seres con sus pequeñas historias, que sin embargo son grandes aventuras que nos hacen acompañarlos entre las telarañas del tiempo, como quien oye el relato de una hazaña contada como las buenas leyendas de antaño, que se compartían al calor de un lumbre encendida en el hogar, con un gato en el regazo y una buena taza de té caliente en la mano.

Y realmente, esa es la sensación que tuve al leer el libro. Y gracias a los dioses barbudos que fue de esa manera y que no me sentí engañada. Hacía tiempo que buscaba un libro que fuese capaz de transmitirme todo eso.

Me sentí transportada a un mundo que se hacía real ante los ojos de mi imaginación, en el que nada me chirriaba. Historias dentro de otras historias hiladas a la perfección por personajes que se las cuentan a otros personajes tras oírlas de un tercero...

Tras devorar medio libro de una sentada, decidí acabar de leerlo a sorbitos, en esas noches en las que sólo apetece envolverse bajo el edredón en la cama a leer, con mi gata acurrucada a los pies (o junto a mi oreja, según el frío que hiciese esa noche...), dejándome transportar a Fantasía antes de dormir.
Así es como más disfruto de los libros, y así es como "Reyes de Aire y Agua" hizo mis noches un poquito más mágicas.

Intenté anotar mentalmente los fallos que encontrase en el camino de las páginas...pero la verdad es que si los había... los he olvidado.

El maestro Tevildo tiene una forma deliciosa de narrar las historias, con unos giros del argumento nada predecibles en la mayoría de los casos; en otros nos olemos la tostada, pero siempre sabe darle un toque a la resolución que hace que valga la pena seguir leyendo.

Tiene la capacidad de hacer llorar (doy fe), de hacer reír a carcajadas, de sorprender, de temer por los protagonistas, de enternecernos hasta poner cara de bobos...

Es un libro altamente recomendable. Para niños a los que no hay que tratar como idiotas (ya lo decía Tolkien), y para adultos que aún conservamos esa chispa que nos hizo viajar al país de la verdadera Fantasía.

Os contaría mucho más sobre esta publicación, pero por sólo 12€ DEBÉIS CONSEGUIROS UN EJEMPLAR.

Leed y disfrutad. Al menos ese placer no nos lo puede quitar nadie.

Tan sólo me queda cerrar esta ristra de pensamientos con mi frase favorita, escrita por Tolkien en "Mithopoeia", y que muy bien resume lo que opino de "Reyes de Aire y Agua" y de su autor:


"Benditos los hacedores de leyendas 
con sus versos sobre cosas 
que no se encuentran en los registros del tiempo."