Neko

Cita del momento:

"No se puede ir por ahí construyendo un mundo mejor para la gente. Sólo la gente puede construir un mundo mejor para la gente. Si no, es solamente una jaula."
-- Terry Pratchett, Brujas de Viaje.
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lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Dia especial?

Que los seres humanos somos a veces muy borreguicos, eso lo sabemos.

Que hay quien no se preocupa por nada, y quien se preocupa por todo, también.

Hay quien acaba de ver una serie histórica y se pone a investigar sobre personajes, lo que hay de verdad y de mentira, quien investiga sobre el funcionamiento de las bombillas de bajo consumo y lo comparte, o quienes disertan sobre ciencia en la sobremesa.

Y hay quien ve "Gran Marrano".
Polos opuestos del ser humano. Qué le vamos a hacer...

Pues bien, ese tipo de gente que investiga, no se ha tragado nunca eso de "tal día es especial porque yo lo digo". Que es el caso de lo que ocurre con el Día de Navidad que muchos de nosotros hemos celebrado con la familia. Pero en realidad, no tiene nada de especial más allá de que es un día de reunión con toda la familia.
El resto de cosas que se puedan hacer, ya depende de las creencias (ciertas o no) de cada cual.

Como bien lo expresa Wikipedia:

Fiestas no cristianas del 25 de diciembre

La verdadera fecha de nacimiento de Jesús no se encuentra registrada en la Biblia. Por ésta razón, no todas las denominaciones cristianas coinciden en la misma fecha. Los orígenes de ésta celebración, el 25 de diciembre, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio del invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o los dioses del sol, como Apolo y Helios (en Roma y Grecia), Mitra (en Persia), Huitzilopochtli (en Tenochtitlan), entre otros. Algunas culturas creían que el dios del sol nació el 21 de diciembre, el día más corto del año, y que los días se hacían más largos a medida que el dios se hacía más viejo. En otras culturas se creía que el dios del sol murió ese día, sólo para volver a otro ciclo.

  • Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del "Natalis Solis Invicti" o "Nacimiento del Sol invicto", asociada al nacimiento de Apolo. El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno, y que los romanos llamaron bruma; cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C., el 25 de diciembre debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre de nuestro Calendario Gregoriano. De esta fiesta, los primeros cristianos tomaron la idea del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesucristo. Otro festival romano llamado Saturnalia, en honor a Saturno, duraba cerca de siete días e incluía el solsticio de invierno. Por esta celebración los romanos posponían todos los negocios y guerras, había intercambio de regalos, y liberaban temporalmente a sus esclavos. Tales tradiciones se asemejan a las actuales tradiciones de Navidad y se utilizaron para establecer un acoplamiento entre los dos días de fiesta.
  • Los germanos y escandinavos celebraban el 26 de diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del sol naciente, la lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol perenne, que representaba al Yggdrasil o árbol del Universo, costumbre que se transformó en el árbol de Navidad, cuando llegó el Cristianismo al Norte de Europa.
  • Los mexicas celebraban durante el invierno, el advenimiento de Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, en el mes Panquetzaliztli, que equivaldría aproximadamente al período del 7 al 26 de diciembre de nuestro calendario. "Por esa razón y aprovechando la coincidencia de fechas, los primeros evangelizadores, los religiosos agustinos, promovieron la sustitución de personajes y así desaparecieron al dios prehispánico y mantuvieron la celebración, dándole características cristianas."
  • Los incas celebraban el renacimiento de Inti o el dios Sol, la fiesta era llamada Cápac Raymi o Fiesta del sol poderoso que por su extensión también abarcaba y daba nombre al mes, por ende este era el primer mes del calendario inca. Esta fiesta era la contraparte del Inti Raymi de junio, pues el 23 de diciembre es el solsticio de verano austral y el Inti Raymi sucede en el solsticio de invierno austral. En el solsticio de verano austral el Sol alcanza su mayor poder (es viejo) y muere, pero vuelve a nacer para alcanzar su madurez en junio, luego declina hasta diciembre, y así se completa el ciclo de vida del Sol. Esta fiesta tenía una connotación de nacimiento, pues se realizaba una ceremonia de iniciación en la vida adulta de los varones jóvenes del imperio, dicha iniciación era conocida como Warachikuy.

Adopción de la fecha de Navidad como 25 de diciembre

En Antioquía, probablemente en 386, Juan Crisóstomo impulsó a la comunidad a unir la celebración del nacimiento de Cristo con el del 25 de diciembre, aunque parte de la comunidad ya guardaba ese día por lo menos desde diez años antes.

En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. Para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades, el papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha.

Algunos mantienen que el 25 de diciembre fue adoptado solamente en el siglo cuarto como día de fiesta cristiano después de que el emperador romano Constantino I el Grande se convirtió al cristianismo para animar un festival religioso común y convertir a los paganos en cristianos. La lectura atenta de expedientes históricos indica que la primera mención de tal banquete en Constantinopla no sucedió sino hasta 379, bajo San Gregorio Nacianceno. En Roma, puede ser confirmado solamente cuando se menciona un documento aproximadamente del año 350, pero sin ninguna mención de la sanción por el emperador Constantino.

Los primeros cristianos celebraban principalmente la Epifanía, cuando los Reyes Magos visitaron al Niño Jesús. (Esto todavía se celebra en Argentina, Armenia, España, Ecuador, Perú, Paraguay, Puerto Rico, República Dominicana, México, Colombia, Uruguay, y Venezuela) . Para las Iglesias Orientales la Epifanía es más importante que la Natividad, ya que es ese día cuando se da a conocer al mundo, en la persona de los extranjeros.

Algunas tradiciones de la Navidad, particularmente las de Escandinavia, tienen su origen en la celebración germánica de Yule, como son el árbol de Navidad. Allí la Navidad se conoce como Yule (o jul).

(De Wikipedia, la Enciclopedia libre)

Me hace gracia que haya gente que dice no creer en Dios, o ser anticlerical, y que celebre estas fiestas a la usanza cristiana católica. ¡Con Misa del Gallo incluída!
Otros que nos vemos en la tesitura de "seguir con la tradición familiar de la cena de Nochebuena", intentamos darle a la fiesta el interés que tiene: una excusa para reunir a la familia, tener fiesta en el trabajo y hacernos regalos. La Fiesta ha evolucionado y en la mayoría de los casos, ya no es un día para "celebrar el nacimiento del Niño", si no una fiesta más en el calendario, en la que hay una serie de convenciones dadas: cena abundante y especial, decoración de la casa, etc, etc...

Por supuesto cada cual es libre de creer en lo que quiera, y celebrarlo a su antojo.
Lo que me fastidia realmente es el poco interés de la gente en saber de dónde viene esa celebración, por qué se hace ese día, quién tuvo la idea y por qué motivo...Y simplemente aceptan lo dado con los ojos cerrados pensando que eso es "lo correcto" porque "es lo tradicional". Si ellos supieran...

domingo, 5 de diciembre de 2010

Las cebollas salvan vidas.

Y no miento.
Lo he vivido en mis carnes esta misma noche.

Una cebolla ha salvado mi vida.

Llegó en la madrugada a mi habitación, en manos de mi madre que entró a las cuatro de la mañana como una aparición faërica al más puro estilo "Willow".

Desde el otro lado de la casa, mi progenitora me estuvo oyendo toser toda la noche como un San Bernardo, y preocupada, decidió usar el ancestral y radical remedio de "la cebolla cortada por la mitad".

Y es efectivo, maloliente, pero efectivo.

Para luchar contra la congestión nasal, o en mi caso, contra una tos irritativa/nerviosa del demonio que ni me dejaba dormir a mi, ni a los vecinos, se corta la cebolla y se pone en la mesita de noche.
Los vapores son beneficiosos para la respiración, para suavizar la garganta y evitar la tos.


Si no llega a ser por esa cebolla nocturna, no sé dónde hubiesen acabado mis pulmones anoche...