Drácula, de Bram Stoker

Una vez más se confirma: los libros son mejores que sus adaptaciones a la gran pantalla. Hasta ahora, sólo he conocido un par de excepciones, como "Entrevista con el Vampiro"...

El caso que me ocupa hoy es "Drácula", novela escrita por Bram Stoker en 1897.
Sencillamente, me ha encantado.

Lo que no puedo entender es por qué he tardado tantos años en leérmela ¡con lo que me gustan los vampiros! Había visto hace mucho tiempo la versión cinematográfica, pero nunca se me había presentado la oportunidad de leerme el libro, hasta que hace poco tiempo pasé por una librería que han abierto hace no demasiado en Zaragoza, y allí estaba, una sencilla portada mirándome desde la estantería y pidiéndome que lo comprase. El módico precio de 6 euros me animó todavía más, jejeje, así que lo hice mío. Es un clásico que todo el mundo debería leer. Ahora puedo decirlo con conocimiento de causa.

Ya la película me gustó mucho, pero tras la lectura de la novela (y el revisionado de ésta anoche mismo), prefiero el libro sin duda. Pese a lo sensiblera que soy, la historia de amor entre Drácula y Mina que nos vende Francis Ford Coppola en el film, no me convence. En la versión para el cine de 1992, el móvil de Drácula ya no es el poder, sino una mujer, a diferencia del libro, donde esto es apenas un cabo suelto; Stoker no explica por qué el conde se dirige directamente al encuentro de Mina, su víctima. Sobre este flanco débil de la historia, Coppola construye un Drácula monstruoso pero enamorado. Mina es igual a la mujer que el conde amó y perdió cinco siglos atrás, y la razón de que haya atravesado "océanos de tiempo" no es otra que recuperarla. El erotismo, subyacente en la novela, es sacado a la luz por la versión de Coppola.


En cuanto al resto, he de decir que está muy bien resumida la trama. Aunque en la película cambia la personalidad de personajes como mi querido Doctor Seward, que aparece como un adicto a la morfina. Psé! Innecesario, Coppola, innecesario...
O incluso Van Helsing, que pasa de ser increíblemente prudente y misterioso, a parecer un viejo chiflado y obsesionado con Drácula. Pero...el cine es así.
Lo que me ha gustado mucho es el detalle de incluir en el guión fragmentos directamente sacados de los diarios que Stoker nos va presentando a lo largo de las páginas de su novela para narrar la historia, ya que ésta no está escrita en tercera persona como suele ser habitual, si no a través de las vivencias en primera persona que los protagonistas escriben en sus diarios, dando así más cercanía a la historia; nos envuelve y atrapa mucho más, haciéndonos partícipes de la trama, como si espiásemos secretos escritos en unas páginas que caen por casualidad en nuestras manos...



De todas formas, muy cuidada su ambientación, el vestuario, la iluminación, excelente fotografía, banda sonora exquisita... Pero la riqueza de la palabra escrita...uhmmm...incomparable.

Sea como fuere, os recomiendo que leáis el libro los que no lo hayáis hecho ya, y que veáis la película también.