
Después de muchos días de "sesudismo" sin pausa, ayer decidí, para desconectar, emprenderla con mi armario del pueblo que llevaba ya tiempo sufriendo de síndrome de Diógenes textil.
Resulta que las veces que vengo, son viajes relámpago, y lo último que apetece es estar mirando al fondo insondable de la madera del armario, pudiendo estar, por ejemplo, en compañía de mis padres...
El caso es que me armé de valor y me dispuse a meter en una caja toda esa ropa que se me ha quedado pequeña, que está viejuna o que sólo sirve para disfrazarse de señora mayor de los 80 de lo cutre que es.
Pues bien: decidir qué tirar y qué conservar no es tan fácil como parece.

La pliegas, la metes en la caja y sigues clasificando ropa. Vuelves la mirada de reojo a la caja, y la ves ahí, con una lágrima en el ojo espiritual de la pobre , con su color ya desteñido, el dibujo leproso...Y oye, que como dormir con una camiseta vieja puesta, no se duerme con nada.
Así que la sacas de la caja y la clasificas en tu relucientemente ordenado armario como "ropa por si acaso".
Al final llené una buena caja que subí al desván. Que no sé para qué narices la guardo y no la doy a la beneficencia o la reciclo. Pero, "por si acaso", se guarda. Que nunca se sabe cuándo vas a necesitar un disfraz casero.
¿Os ha pasado alguna vez?
¿Habéis guardado alguna camiseta vieja de esas "con historia" aún sabiendo que jamás os la volveríais a poner?
¿O soy yo un "rara avis"?
2 comentarios:
Sip!, y la tengo todavía en una caja llena de cosas del pasado. Es una camiseta que no paraba de pedirle a mi hermano cuando yo era una adolescente de 15 añitos. Es negra de manga corta, con la parte frontal de un torso de esqueleto delante y la parte trasera del mismo esqueleto, detrás. Cuando me la regaló ya me hice la promesa inconscientemente de que nunca me desharía de ella. ^^
Un abraxote.
Es que a veces es imposibleeee! :)
Publicar un comentario