Neko

Cita del momento:

"No se puede ir por ahí construyendo un mundo mejor para la gente. Sólo la gente puede construir un mundo mejor para la gente. Si no, es solamente una jaula."
-- Terry Pratchett, Brujas de Viaje.
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martes, 1 de junio de 2010

Como llegué a la Tierra Media

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...
Errrr, no. Eso ahora no.

Sería más correcto decir: "Cuando el Señor Bilbo Bolsón de Bolsón Cerrado anunció que muy pronto..."
El caso es que hace años, unos 17 o 18 años (cuando era una pipiola, vamos), entré una tarde en la biblioteca de mi pueblo a sacarme otro ejemplar que devorar.
Paseé entre los estantes con avidez en la mirada, leyendo lentamente los títulos de los lomos de los libros, por si con alguno de ellos me saltaba la chispita dentro, activándose el radar de "aquí hay una aventura para ti".

El aroma a páginas nuevas y antiguas, se mezclaba con el olor de la madera de los estantes.
El silencio se interrumpía sólo por mis pasos y algún crujir de encuadernaciones de los dos chicos que había haciendo un trabajo en las mesas contiguas a los estantes.

Entonces, tras recorrer toda la sección infantil, y ver que los libros que no me había leído no me decían nada, decidí acercarme a la sección juvenil.

Volví a rebuscar entre los títulos y...de repente leí algo que me hizo parar en seco:

En una encuadernación de fondo rosado con letras moradas se leía: "El Señor de los Anillos" J.R.R. Tolkien.

He de reconocer que a simple vista, el título no me produjo nada más allá de la mera curiosidad. De echo, su título me recordó a "El Señor de las Bestias", esa adorable película ochentera plagada de animalicos y que tanto me gustaba.

Pero finalmente lo saqué de la estantería, observé su extraña portada y leí su contra portada. Decidí que allí había una gran aventura.

Me acerqué entonces al mostrador con ESDLA y un libro de "Los Cinco en..." dispuesta para llevármelos a casa.

Pero la bibliotecaria decidió que yo era demasiado pequeña para leerme el libro de Tolkien.

La Tierra Media tendría que esperar....

...Y esperó hasta que cumplí los 17 años. Ese verano, hojeando y ojeando la revista Discoplay, encontré en la sección de libros un título que me llamó la atención y revivió recuerdos de aquella tarde en la biblioteca, que estaban adormecidos en mi memoria;

En la parte superior de la hoja, aparecía un pequeño rincón con una imagen del autor, un señor que fumaba en pipa, junto a una breve reseña de su vida y de la obra anunciada.
"El Señor de los Anillos" de J.R.R.Tolkien".

Cuando leí que era una novela épica repleta de aventuras, elfos, enanos y hobbits que buscan la liberación de la Tierra Media sumida en la maldad de Sauron, el Señor Oscuro...No me hizo falta más. Ya tenía elegida mi lectura del verano para mis guardias en el bar.



Aún recuerdo cómo devoré aquellas páginas. La cara de incredulidad de mi madre cuando me sentaba con el libro en la mesa a la hora de comer porque no podía parar de leer. Mis noches casi en vela porque no podía dejar a los personajes quietos ni un momento sin saber qué harían luego.

Mis lágrimas rebosando con la muerte de Gandalf el Gris, y mis intentos por que no se me notase que había llorado mientras les servía cañas a los clientes del bar...

Miles de sensaciones vividas sin moverme de la silla, la simpatía y la manía por unos y otros personajes, los maravillosos paisajes, la maravilla de nuevo idioma que asomaba en algunos párrafos, el halo de magia y epicidad de la historia, los mitos antiguos a penas esbozados, los valores que emanaban de sus páginas, la identificación con palabras, situaciones, sensaciones, personajes...

El "querer estar allí"...
El querer saber qué pasa después pero lamentarte porque cada vez quedan menos páginas por leer...

Fue...inexplicable. Un hueco que durante años y años había estado vació se empezó a llenar. Al fin había encontrado el tipo de historia que llevaba tanto tiempo queriendo leer sin saberlo.

Pocos años después, cuando llegué a la Universidad, y un buen día vi los carteles de los "I Encuentros con Tolkien" a cargo del Smial de Khazad-Dûm que rezaban: "si te gusta Tolkien y quieres conocer a más gente como tú, ven el día...".
El corazón me dio un vuelco. Por fin podría compartir todo aquello que sentí con ESDLA y con los demás libros de Tolkien que cayeron en mis manos después, con más gente que también los había leído.

Pero eso, es otra historia.

El caso es que todas las obras de Tolkien ocupan hoy día un huequecito en mi corazón, en la historia de mi vida. Con ellos he llorado, reído, aprendido, recordado lo que nunca olvidé; alimenté mi avidez lectora, inspiré mis manos escritoras, creé personajes nuevos, historias nuevas para los antiguos; soñé, me ilusioné... Viví, y viviré. Porque siempre hay más que se puede aprender y leer sobre Tolkien.

Porque lo llevo en el corazón, y tatuado en mi piel...Literalmente. ^^

7 comentarios:

Elessar dijo...

Personalmente mi desembarco en la Tierra Media fue en unas circunstancias un poco menos felices.

Creo que es una historia que he contado unas pocas de veces, pero no recuerdo haber contado que yo me había tirado unos cinco años sin leer por el mero placer de hacerlo, pues las lecturas del instituto, aún siendo en su mayoría obras maestras (pero eso se valora con el paso de los años) me resultaron por ese entonces bastante indigestas y provocaron algo parecido a una "vacuna contra la lectura" y mis aficiones se limitaban a salir por ahí con los amigos, la videoconsola o el pc, o los partidos del Atleti.

El caso es que 1996 fue un año que me marcó para siempre por diversos motivos, el primero y más guay fue el doblete del Atleti, sin duda uno de los momentos más felices de mi vida.
Pero parece que una alta felicidad en ocasiones tiene un alto precio, y pocos meses después mi abuelo cayó gravemente enfermo y nos dejó a primeros del 97.

El tercer hecho fue algo a lo que en su momento no le di la trascendencia que ahora tiene, pero en unos meses en los que fui incapaz de asimilar lo que estaba sucediendo y traté de volcarme en mis amigos, uno de estos un día me habló del Señor de los Anillos, lo guay que estaba la novela, y lo chachi que era un juego de cartas de Joc basado en la misma.

Mentiría si dijera que era la primera noticia que tenía de esa novela, pues en primero de BUP recuerdo a dos compis de clase que en los descansos de clase se ponían a escribir en tengwar y en quenya, algo que por ese entonces ignoraba que era y a lo que no presté excesiva atención.

Pero el caso es que en diciembre del 96, mi madre me preguntó que es lo que me haría ilusión por mi cumple, y no dudé en pedirle la novela de marras, cosa que le sorprendió pues hacía años que en casa me reprochaban que no leyese con la voracidad que lo hacía de pequeño...pero el caso es que coló, y el 1 de diciembre me encuentro con un tochaco tela de gordo de un tal J.R.R. Tolkien ilustrado por un tal Alan Lee y los comentarios osados de otro amigo que también lo había leido diciendo "se me hizo hasta corto" solo hicieron aumentar mi curiosidad.

Elessar dijo...

El caso es que en los primeros capítulos me encuentro con unos locos bajitos que a ratos tenían gracia, y a otros ratos resultaban harto cargantes...y la cosa se enfrió en el fatídico Bosque Viejo que a tanta gente ha dejado en la cuneta, y que a mi por suerte, solo retrasó el viaje unos 15 días.

Por suerte, una vez superado cada capítulo era mejor que el anterior y percibías, ya de los anteriores incluso, que estabas dentro de un viaje por un mundo enorme lleno de historias míticas, terrores antiguos, y grandes amores legendarios que unos señores bajitos jamás hubieran podido imaginar que llegarían a conocer, y unos personajes cada vez más cautivadores.

Hablar de Aragorn supone un riesgo de extenderme dos días, y no es la primera vez que sucede, pero si puedo constatar brevemente que de primeras alguien tan severo me echó para atrás, pero no quería perderle la pista, pues apuntaba maneras, pero desde luego que no esperaba tanto...no solo era el prototipo de héroe clásico, también representaba, uno detrás de otro, los valores de la persona más admirada y querida en mi vida, los de aquel que a pesar de su fuerte carácter era el mismo que no te fallaría jamás...y que tanta falta me hacía en esos momentos.

Así que acabé enamorado de ese mundo sin remedio...y conforme las nuevas tecnologías avanzaban y llegaba esto de internet, mientras otros amigos usaban los chats para quedar con chicas, yo me metía en chats tipo Camelot, Tierra Media, etc, así como webs dedicadas a la fantasía épica y al Señor de los Anillos.

Desde entonces han pasado muchas cosas, tantas que en ocasiones parecen una vida entera, y apenas han sido unos 14 años que jamás pensé que dieran para tanto, y a pesar de que otros aspectos de mi vida podrían ser mejores, aunque mejorando están a mi ritmo, no me arrepiento de haber tomado ese camino, pues me ha permitido cosas como escribir sobre ello en este blog de una de las personas más guays que conozco, y a la que espero ver en noviembre :P, y tengo claro que es un camino por el que andaré mucho en mi vida, y aunque haya ocasiones en las que necesite descansar de él, estoy convencido de que no le perderé nunca la pista

Ardaleth dijo...

Mi desembarco... se lo tengo que agradecer a una amiga del instituto, fan acérrima de Tolkien y que me recomendó que me leyera el Hobbit - admito que a mis 16 años no había oído hablar siquiera ni de autor ni de libros.

Recuerdo que lo devoré en unos breves días de verano, aunque recuerdo más claramente luchar con las runas del mapa de Thror - ya apuntaba maneras :p

Olvidé el tema hasta que en Nochevieja de ese mismo año mis tíos me regalaron la edición en bolsillo de Minotauro en tres volúmenes. Esa tarde acometí la lectura... y lo cierto es que no recuerdo gran cosa sobre lo sentí o dejé de sentir - todo lo que puedo decir es que 24 horas después estaba cerrando El Retorno del Rey, que creo que ya dice mucho sobre hasta qué punto la historia logró absorberme.

Desde entonces tomé la costumbre de releerlo una vez al año... cosa que no hago desde las películas y que debería retomar.

Al profesor le debo que me contagiara su amor por las lenguas - que es como decir que le debo media alma. Y aunque ya no esté tan activa en el fandom, por asi decir, esa es una deuda vital que no puedo ni quiero pasar por alto.

Y por supuesto, haber conocido a personas a las que tengo en la más alta estima ;)

Miphil maja!

Amandil dijo...

Y yo que me emociono leyéndoos...
¿será posible a mi edad?

La Belle Dame Sans Merci dijo...

Yo creo que lo he contado muchas veces ya... Mi profesor de sexto de EGB, Pedro, nos sacaba todas las tardes de primavera al parque de al lado de mi colegio para leernos "El Hobbit". ¡Y hacía las diferentes voces! Era un crack. Miércoles y viernes, me acuerdo perfectamente, esperábamos como locos para saber qué les había pasado a Bilbo y compañía. ^^ Luego necesitábamos más de Tolkien y apareció el hermano de Miren, con ese tochazo que era aquella edición en un sólo tomo con la portada que has puesto, y ¡buah!, nos pareció un libro sagrado... Y ahí empezó todo. XD

Amandil, yo también me he emocionado leyendo a Seler, que conste en acta. ;)

¡Un besote a todos!

Selerkála dijo...

Emocionantes historias todas, mellones.
Tendríamos que inventar una actividad de "confesión" de cómo caímos en Tolkien...^^

Homo libris dijo...

¡Ahhhhh, me encanta! :) :) :)

Mi desembarco fue accidentado. Oí hablar de ESDLA a uno de mis mejores amigos en el colegio, estaríamos en 7º u 8º de la ya desaparecida E.G.B., pero no fue hasta el instituto que me hice con él, tras escuchar a una profesora sustituta de inglés alabar el libro hasta lo indecible.

Tras un primer comienzo, que me llevó hasta el Poney Pisador, tuve que dejar el libro y lo retomé unos meses después una vez más desde el comienzo para devorarlo de principio a fin. Y ya van unas pocas desde entonces.

Sin duda, Tolkien (y, en particular, gracias a su obra El Señor de los Anillos) es el autor que más me ha influido. Pero, ¿qué os voy a contar?

Felices andanzas por la Tierra Media.