Y es que aunque mis vistas no sean bonitas hacen pensar: Cientos de ventanas con cientos de vidas dentro, con sus problemas, preocupaciones, sueños...
Cientos de vivencias que nunca serán contadas. Que pasarán desapercibidas en las páginas de la Historia.
Tal vez como yo.
Aunque al menos aspiro a que en los lugares que me importan, aún se me
recuerde de vez en cuando, y que en el momento en el que haya que cerrar
el libro, la página en la que salgo sea una de esas páginas que tienen
los bordes más desgastados por haberse releído más, o incluso haberse
marcado doblando la esquinita.
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